Moto habemus
Por fin, la providencia lo ha querido y la
paciencia también, así que ya tenemos nuestro nuevo juguete. Pero esa
preciosidad recién venida, que no piense que va a tener una existencia ociosa,
de incontables días al calorcito del garaje. De eso nada monada, ha venido a
caer en estas manos para ganarse la gasolina que se traga con el sudor de su
frente. Resulta que durante estos largos meses de espera la impaciencia nos
carcomía, y haciendo caso al dicho, ése que dice “cuando el diablo no tiene
nada que hacer, mata moscas con el rabo”, hemos maquinado un proyecto para
hacerle el correspondiente rodaje y algún kilómetro que otro más. No es que el
diablo que suscribe, de acuerdo al refranillo, pase sus horas ocioso, y menos
dedicando el mentado apéndice a tan singular tarea, pues a día de hoy aún
atiende otras funciones; pero resulta que la ocurrencia hace tiempo nos rondaba
y tiene ahora visos de materializarse. Dice otro refrán que “de bien nacidos
es ser agradecidos”, lo que extrapolado al caso que nos ocupa, viene a ser
algo así como la demostración de gratitud del individuo hacia la tierra que le
ha dado carta de naturaleza, sea por nacimiento o por adopción. Entonces qué
mejor manera de satisfacer esta deuda que la del conocimiento profundo, hasta
el último rincón, de este antiguo Reino. Por ello nos hemos propuesto recorrer con
nuestra recién llegada todas y cada una de las entidades de población de
Navarra, de la A a la Z, domingo a domingo y algún que otro festivo.
Sabemos que se trata de una ardua tarea, pues son
un sinfín de pueblos, concejos y otros lugares habitados, o no, pero no hay plazo
ni prisa. Seguiremos el orden y concierto que nos impone la tiranía del
alfabeto en cuanto a categoría de ayuntamiento y una vez alcanzado éste, si es
el caso, el de proximidad geográfica en cuanto a concejos u otras entidades
menores pertenecientes al ayuntamiento en cuestión. Como testimonio de cada
hazaña, cazaremos la fotografía que lo certifique, sea en el cartel indicador
de la localidad, en la iglesia como lugar emblemático o en cualquier otro
edificio singular. Con la lista en la mano, en la Merindad de Estella
comenzamos y en ella terminaremos. Abáigar nos espera impaciente y Zúñiga nos
despedirá Dios sabe cuándo.
Que los hados nos sean favorables y San Glas,
patrón de los moteros, nos proteja.
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