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sábado, 19 de diciembre de 2015

Cendea de Olza/Oltza


Andanza XL: Cendea de Olza/Oltza Zendea

Día: 08/02/2015

Aprovechando que el temporal amaina, hoy sí, hoy hay andanza. Pero la nieve se resiste atrincherada en las alturas y en las umbrías. Es testaruda la muy jodida y ha decidido helarse y mimetizarse en tonos oscuros en esas carreteras perdidas que tanto nos gustan, esperando a ser pisada en cualquier curva sombría por algún incauto motero para despacharlo a gusto. Pero nosotros ya conocemos sus argucias, la tenemos calada y sabemos de sus trampas, de las que, al menos en esta jornada, hemos escapado. Mas don invierno es cruel con los moteros, y para que no nos fuéramos a olvidar de quien manda todavía, nos ha regalado con unos soplidos de viento que nos han zarandeado cual barco velero.

Y hablando de carreteras perdidas, la Cendea de Olza tiene unas cuantas a pesar de su proximidad a Pamplona, estrechas y serpenteantes, formando laberintos que unen sus núcleos de población, y por donde perderse es casi obligación (qué sería de nosotros sin san GPS). La Cendea de Olza es un municipio situado en la Cuenca de Pamplona y a unos 10 kilómetros de la capital, integrándose alguno de sus concejos casi en su área metropolitana. Tiene una población total de algo más 1800 habitantes. El municipio está compuesto por 9 concejos: Arazuri, Artázcoz, Asiáin, Ibero, Izcue, Izu, Lizasoáin, Olza y Ororbia; en este último se encuentra la capital y es el centro geográfico y administrativo. Hasta 1991 Orcoyen también perteneció a la Cendea de Olza, año en que pasó a convertirse en municipio independiente.

El paisaje de la Cendea está adornado de suaves colinas entre las que se distribuyen sus agradables pueblos. Cruzan sus tierras los ríos Arga y Araquil, que se unen al pie de Ibero, y también numerosas regatas jalonadas de antiguos puentes de piedra. Por doquier abundan las casonas de sillería con portalones de arco de medio punto, muchas blasonadas, para pregonar su pasado hidalgo. Y no faltan los palacios, como el de Asiáin, que fue propiedad de los Condes de Lerín, el de Olza o el espectacular Palacio Cabo de Armería de Arazuri, ejemplar gótico tardío del siglo XV, de planta rectangular y torreones angulares, construido por Lancelot de Navarra, hijo de Carlos III el Noble.

La Cendea ha visto pasar grandes ejércitos, como los diez mil soldados de Felipe V que acamparon en Asiáin durante la Guerra de Sucesión. Antes, los romanos plantaron sus reales en Ibero, al calor de sus aguas termales, de lo que dan fe la monedas recogidas en el fondo de los manantiales. Hoy goza de tranquilidad y sus pueblos se han convertido en segunda vivienda de las gentes de Pamplona.





















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