Andanza
X: Aoiz - Araitz, Valle de
Día:
16/02/2014


Pero como hoy hemos sido madrugadores y
diligentes, hay tiempo; pero… ¿suficiente para ir hasta el valle de Araitz,
nuestro próximo objetivo en lista? Finalmente, tras disputado cónclave
decidimos que sí.
Llegados a Irurzun, nada mejor que elegir la
antigua carretera NA-7300, ahora sin tráfico, y que serpentea durante varios
kilómetros a la par que el río Larraun. La bajada de Azpiroz es de las de gozar
en moto pero muy sinuosa hasta Betelu, donde ya se alcanza la puerta del valle.
Araitz lo componen cinco concejos: Arribe-Atallu (su capital y concejo doble),
Azcárate, Gaintza, Inza y Uztegi. Situado al noroeste de Navarra, lo cierra al
sur la sierra de Aralar y tiene muga con Guipúzcoa.
La naturaleza ha sido generosa con estas tierras.
Belleza para dar y tomar encerrada en pocos kilómetros cuadrados, tanta que
satura los sentidos con riesgo de contraer el síndrome del turista “no me
entero de na”. Inza es el primer pueblo que nos recibe, pero no hay tal, pues
no existe casco urbano, solamente caseríos diseminados. Uztegi es un escenario
de película, no sólo por sus paisajes sino porque aquí se rodaron escenas de la
película Akelarre y según dicen, en el siglo XVI, año arriba año abajo, los
lugareños le tenían cierta afición al macho cabrío y parece que terminaron
mosqueando al Santo Oficio. Seguidamente se encuentra Gaintza, a la falda del Hirumugarrieta
(1.431 m), con sus antiguos caseríos dotados
de ancestrales escudos nobiliarios.
Arribe
es un pueblo estirado, tanto que se ha unido a Atallu, pues no existe
discontinuidad entre ambos. Representativo de Arribe es el arco apuntado situado en la base del torreón de su iglesia, que le
otorga un cierto aire medieval al conjunto. Finalmente, nos
encaramamos hasta Azcárate y es que la subida se las trae. Aquí, la sombra del
Balerdi es alargada. No es la cumbre más alta de Aralar, pero su perfil lo
convierte en la más característica y visitada por los montañeros.
¡Vaya!,
son las 14:15 y una señora muy amable de Arribe nos persuade de que esa hora es
muy mala para andar por la calle con el estómago vacío y de que nuestra casa
está muy lejos. Nos despacha, de su parte, a una casa de comidas en Lekunberri,
“Albi Taberna” se llama. Nosotros no queríamos, pero es por no hacerle el feo.

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