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martes, 15 de diciembre de 2015

Arguedas - Aria - Aribe

 
Andanza XVII: Arguedas - Aria - Aribe

Día: 27/04/2014

Terminó la Semana Santa y también la Cuaresma, de escrupuloso respeto, así que reanudamos con gozo ansioso nuestras andanzas moteras. Tres villas tenemos anotadas para el día de hoy en el cuaderno de bitácora, que de nuevo presentan entre ellas un fuerte contraste geomorfológico. Son: Arguedas, Aria y Aribe. De la Ribera al valle de Aezkoa, del semidesierto  al frondoso Pirineo. ¡Redios! Qué tierra esta tan extrema y atrayente, qué panzá de kilómetros nos vamos a dar otra vez.

Bueno, el caso es que hacía tiempo que no nos correspondía visitar la Merindad de Tudela y ahora toca. La localidad de Arguedas se localiza en la comarca geográfica de la Ribera de Navarra. Se asienta plácidamente sobre una planicie a las faldas del monte del Yugo, haciendo frontera natural con la margen izquierda del río Ebro y con el Parque Natural de las Bardenas Reales, ese agreste paraje declarado Reserva de la Biosfera y considerado como el primer desierto de Europa. Arguedas fue tierra de moros hasta el año 1084, cuando el rey Sancho Ramírez (rey de Pamplona y Aragón) conquistó la villa junto con otros territorios del valle del Ebro bajo control musulmán. El pueblo se extiende longitudinalmente con esa fisonomía tan característica de la Ribera, en la que el ladrillo sustituye a la piedra en los edificios más señeros. En el término municipal de la villa está ubicado el Parque de Senda Viva,  uno de los principales focos de atracción de turismo rural de Navarra.


Hemos de abandonar Arguedas rumbo al Pirineo porque el tiempo apremia. El GPS nos dice que tenemos 127 kilómetros por delante hasta Aria, en el Valle de Aezkoa. Tanto Aria como Aribe, aunque se integran en este valle son villas independientes, si bien pertenecen a la Junta del Valle de Aezkoa. Aria es uno de los pueblos más recónditos del Valle y que mejor ha conservado su personalidad. Apartado en el monte y rodeado de bordas con tejados de tablilla, es puro reflejo de la ruda vida pirenaica del ganadero. Es el pueblo con más hórreos del Pirineo, tiene cuatro y curiosamente tienen nombre propio, se llaman: Etxeberri, Xamar, Jauri y Apat. Qué bonito es vivir en un paisaje idílico como éste, que parece de cuento de los hermanos Grimm, pero que lejos está la civilización.

Aribe está cerquita de Aria, a 2,2 kilómetros más abajo, y comparado con éste es una ciudad cosmopolita -ninguno llega a los 70 habitantes-, pero se encuentra en una encrucijada de caminos naturales que comunica a todos los pueblos del valle. Este bonito pueblo es conocido por sus aguas medicinales y tuvo un balneario que funcionó hasta los años veinte del siglo pasado. También tiene su hórreo, Domentx para los amigos.
 
Las gentes de Aezkoa tuvieron un punto belicoso en su tiempo, se dice que fueron ellos los que apalearon a Roldán en Roncesvalles y también los que hicieron huir con el rabo entre las piernas (en sentido figurado) a Miramamolín en las Navas de Tolosa, y si no, ahí está la fábrica de armas de Orbaiceta. Así que ciudadín, cuidadín, y para no mosquearlos y agradecer su gentil hospitalidad hemos decidido hacerles el honor de comer algo aquí; que conste que no es gula, es gratitud. La posada de Aribe, de nombre homónimo, parece sitio de buen yantar. ¡Hala!, de bien nacidos es ser agradecidos.





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