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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cabanillas - Cabredo

 
Andanza XXXVI: Cabanillas - Cabredo

Día: 27/12/2014

Finalizamos año y comenzamos letra. Por miedo a los augurios meteorológicos o por previsión, hemos adelantado al sábado nuestra andanza dominical, con la que cerramos el año 2014. Estrenamos la "C" con Cabanillas y Cabredo, dos localidades separadas entre sí por más de 120 kilómetros, situadas en la Ribera del Ebro y en el límite occidental de Tierra Estella, así que otra vez toca paliza de kilómetros para visitar dos pueblos; pero bueno, podía haber sido peor, pues en los extremos, entre Cortes y Bera hay más de 180 kilómetros. ¡Qué larga es esta Navarra!

Rumbo sur por el Eje del Ebro, en algo menos de una hora nos plantamos en Cabanillas, un típico pueblo de la Ribera tudelana, de menos de 1500 habitantes, de casas bajas, sencillas, con un urbanismo reticular y paralelo a la carretera NA-126. No hay construcciones monumentales en Cabanillas. Su edificio más notable es la ermita de la Natividad de Nuestra Señora, considerada la joya románica más meridional de Navarra y restaurada por la institución Príncipe de Viana hace unos años.


El Canal de Tauste y las Bardenas Reales son los dos pilares fundamentales sobre los que se ha basado la supervivencia de Cabanillas. El Canal permitió el aprovechamiento de tierras hasta entonces improductivas y las Bardenas, del que Cabanillas es municipio cogoznante y una de sus puertas de acceso, es, como ya hemos hecho mención en alguna que otra ocasión, uno de los espacios naturales más singulares y desconcertantes de Europa. Es parque natural y reserva de la biosfera. Se trata de un paraje singular, fruto de la erosión activa del viento y del agua torrencial de la lluvia, que ofrece un paisaje diferente, con diversidad de formas creadas por los antojos de la naturaleza. Y para muestra los llamados Cabezos, insólitos caprichos de la erosión. El  cabezo que se ve en dos de las fotos, el mismo desde distintos ángulos, parece que ha sido ideado por una naturaleza algo lasciva, y eleva su peculiaridad haciendo un brindis al sol.


Hala, dejamos atrás ese cabezo cuyo nombre es fácil de imaginar, para volver sobre nuestros pasos con dirección a Cabredo, pequeño municipio situado en la comarca del Alto Ega, en la vertiente norte de la Sierra de Codés, en su zona más occidental, ya en el límite con Álava. Ante nuestros ojos se ha producido un cambio brutal del paisaje, del semidesierto de las Bardenas a los humedales de la montaña media occidental en poco rato. Estos son los contrastes de Navarra.


Cabredo tiene poco más de 100 habitantes, que distribuyen sus moradas a lo largo de las calles Mayor y San Simeón, lo que le da al lugar la característica forma de pueblo-calle, serpenteante, eso sí. Cabredo sabe a rural y sobre todo, en este tiempo, huele a rural por el aroma a leña quemada que sus chimeneas se encargan de esparcir. El pueblo guarda algunos tesoros artísticos, entre los que destaca la iglesia tardogótica de Santiago el Mayor, construida a mediados del siglo XVI, y también algunas casonas blasonadas. Atesora igualmente espacios naturales, como la Reserva de Peñalabeja, donde se conserva una importante muestra de roble marojo, un ejemplar muy poco habitual en Navarra.


Bueno, nos vamos ya poco a poco para casa. Hoy no hay excesos, pues aún purgamos los ardores de las abundancias de la Navidad.











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