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lunes, 14 de diciembre de 2015

Abáigar - Abárzuza - Abaurrea Alta - Abaurrea Baja


Andanza I: Abáigar - Abárzuza - Abaurrea Alta - Abaurrea Baja

Día: 24/11/2013


Hoy 24 de noviembre de 2013, quedan inauguradas oficialmente nuestra andanzas moteras por la geografía navarra. Comenzamos este primer periplo con una mañana fresquita y con la idea de visitar lo que ordena la inexorable voluntad del abecedario, es decir: Abáigar, Abárzuza, Abaurrea Alta y Abaurrea Baja.




Arrancamos con unos 6º de temperatura y cielo gris plomizo, pero al menos no nos ha llovido en el acto inaugural. Como Abáigar está aquí cerquita llegamos enseguida. Es un pueblo del valle del Ega, de unos 100 habitantes, custodiado por las atalayas de la sierra de Lóquiz y los restos de la fortaleza de Monjardín. Hemos madrugado y no hay nadie en las calles, sus gentes aún se desperezan al abrigo del fogón, así que las fotos de rigor y rumbo a Abárzuza.

Acercándonos a Abárzuza comienza a llover ligeramente, la temperatura cae un par de grados y la vía se  humedece, así que convencemos a nuestra querida montura para que se tranquilice, que tiene un buen conformar electrónico. Según nos aproximamos el paisaje se transforma paulatinamente, ya se divisan los farallones de Andía y la carretera comienza a escalar posiciones hacia sus cumbres nada más pasado el pueblo. Abárzuza tiene enjundia.

En sus proximidades, en un paraje envidiable, hace muchos siglos plantó sus reales el Císter, y ahí sigue el monasterio de Iranzu, impertérrito, y visita obligada. No sabemos bien porqué, a las gentes desde tiempo inmemorial, también les ha dado por venir a pelearse en los alrededores de Abárzuza. Por ejemplo, en las guerras civiles del siglo XV y más recientemente en la guerras carlistas. A tiro de piedra de Abárzuza (más bien de fusil), murió el general liberal Manuel Gutiérrez de la Concha e Irigoyen, en los estertores de la última confrontación carlista. Bueno, que se nos hace tarde y con estas humedades...,  fotos y carretera y manta.


Rumbo a las Abaurreas, por la antigua N-111, el Perdón viejo ya nos advierte sobre lo que nos espera saludándonos con 1,5º C. En Pamplona se mueve un aire desagradable, mal compañero para la moto, pero se empeña en compartir viaje. Enfilamos hacia Aoiz y pasado Nagore, cruce a la derecha dirección Oroz-Betelu. Una carretera espectacular bordea el pantano de Usoz y el río Urrobi, pero el asfalto mojado no permite  florituras.

Poco antes de llegar a Aribe la nieve hace acto de presencia a pie de carretera y la temperatura se desploma hasta los 0º C. La carretera no está para muchas alegrías y menos en moto, hay que circular pegado al centro de la calzada para evitar la nieve acumulada en los bordes, menos mal que por aquí no pasa ni el gato. Pero cuando estábamos aproximadamente a unos 2 kilómetros de Abaurrea Alta, nos topamos con un ventisquero que había cubierto unos 50 metros de asfalto. Allí se encontraba otra pareja de alienados moteros que al intentar cruzarlo se habían ido al suelo, por fortuna sin consecuencias, y comprobamos que levantar una K1200LT de casi 400 kilos en la nieve cuesta mucho, mucho. Visto el panorama y la temperatura de 2º bajo cero, decidimos dar por visitada la Abaurrea Alta y poner proa a la Abaurrea Baja, donde sí pudimos llegar, ver lo bonito que estaba el pueblo nevado, lo caliente que estaban sus vecinos en las cocinas y hacer las fotos correspondientes.

Como aparte de mucho frío también hacía hambre, paramos a comer en Nagore, curioso pueblo sin mar que tiene paseo marítimo y un restaurante que se llama “Txalaparta” que hemos incluido en nuestra particular Guía Mitxelín (en honor a esos pliegues que misteriosamente salen en los costados, a la altura de la cintura). Para entrar en calor, alcachofas con jamón, chuletón del bueno, de ése de tres dedos, tinto crianza y cuajada del pueblo a buen precio. Al final 275 kilómetros, la panza llena y los pies fríos… ¿qué más se puede pedir para empezar?





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