Andanza I: Abáigar - Abárzuza - Abaurrea
Alta - Abaurrea Baja
Día: 24/11/2013
Hoy 24 de noviembre de 2013, quedan inauguradas
oficialmente nuestra andanzas moteras por la geografía navarra. Comenzamos este
primer periplo con una mañana fresquita y con la idea de visitar lo que ordena la inexorable voluntad del abecedario, es decir: Abáigar,
Abárzuza, Abaurrea Alta y Abaurrea Baja.
Arrancamos con unos 6º de temperatura
y cielo gris plomizo, pero al menos no nos ha llovido en el acto inaugural.
Como Abáigar está aquí cerquita llegamos enseguida. Es un pueblo del valle del
Ega, de unos 100 habitantes, custodiado por las atalayas de la sierra de Lóquiz
y los restos de la fortaleza de Monjardín. Hemos madrugado y no hay nadie en
las calles, sus gentes aún se desperezan al abrigo del fogón, así que las fotos
de rigor y rumbo a Abárzuza.
Acercándonos a Abárzuza comienza a llover
ligeramente, la temperatura cae un par de grados y la vía se humedece, así que convencemos a nuestra
querida montura para que se tranquilice, que tiene un buen conformar
electrónico. Según nos aproximamos el paisaje se transforma paulatinamente, ya
se divisan los farallones de Andía y la carretera comienza a escalar posiciones
hacia sus cumbres nada más pasado el pueblo. Abárzuza tiene enjundia.
En sus
proximidades, en un paraje envidiable, hace muchos siglos plantó sus reales el
Císter, y ahí sigue el monasterio de Iranzu, impertérrito, y visita obligada. No
sabemos bien porqué, a las gentes desde tiempo inmemorial, también les ha dado por venir
a pelearse en los alrededores de Abárzuza. Por ejemplo, en las guerras civiles
del siglo XV y más recientemente en la guerras carlistas. A tiro de piedra de
Abárzuza (más bien de fusil), murió el general liberal Manuel Gutiérrez de la
Concha e Irigoyen, en los estertores de la última confrontación carlista. Bueno,
que se nos hace tarde y con estas humedades..., fotos y carretera y manta.
Rumbo a las Abaurreas, por la antigua N-111, el
Perdón viejo ya nos advierte sobre lo que nos espera saludándonos con 1,5º C.
En Pamplona se mueve un aire desagradable, mal compañero para la moto, pero se
empeña en compartir viaje. Enfilamos hacia Aoiz y pasado Nagore, cruce a la
derecha dirección Oroz-Betelu. Una carretera espectacular bordea el pantano de
Usoz y el río Urrobi, pero el asfalto mojado no permite florituras.
Poco antes de llegar a Aribe la
nieve hace acto de presencia a pie de carretera y la temperatura se desploma
hasta los 0º C. La carretera no está para muchas alegrías y menos en moto, hay
que circular pegado al centro de la calzada para evitar la nieve acumulada en
los bordes, menos mal que por aquí no pasa ni el gato. Pero cuando estábamos
aproximadamente a unos 2 kilómetros de Abaurrea Alta, nos topamos con un
ventisquero que había cubierto unos 50 metros de asfalto. Allí se encontraba
otra pareja de alienados moteros que al intentar cruzarlo se habían ido al
suelo, por fortuna sin consecuencias, y comprobamos que levantar una K1200LT de
casi 400 kilos en la nieve cuesta mucho, mucho. Visto el panorama y la
temperatura de 2º bajo cero, decidimos dar por visitada la Abaurrea Alta y
poner proa a la Abaurrea Baja, donde sí pudimos llegar, ver lo bonito que
estaba el pueblo nevado, lo caliente que estaban sus vecinos en las cocinas y
hacer las fotos correspondientes.

Como aparte de mucho frío también hacía
hambre, paramos a comer en Nagore, curioso pueblo sin mar que tiene paseo
marítimo y un restaurante que se llama “Txalaparta” que hemos incluido en
nuestra particular Guía Mitxelín (en honor a esos pliegues que misteriosamente
salen en los costados, a la altura de la cintura). Para entrar en calor, alcachofas
con jamón, chuletón del bueno, de ése de tres dedos, tinto crianza y cuajada
del pueblo a buen precio. Al final 275 kilómetros, la panza llena y los pies
fríos… ¿qué más se puede pedir para empezar?
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