Andanza V:
Allín, Valle de - Allo
Día: 10/01/2014
Con un poco retraso, hoy comenzamos el nuevo año motero 2014. Extraño día
un viernes, pero las circunstancias obligan y no se puede desaprovechar la
oportunidad. Por fin hemos podido hacer frente a la maraña de carreteras que
enlazan los diez concejos integrados en el Valle de Allín. Se nos venía
resistiendo por diversos contratiempos, pero hoy han caído.
Este valle, a pesar de su proximidad a Estella, no deja de ser un gran
desconocido que esconde rincones idílicos.
Flanqueado por las estribaciones de Ubasa-Andía al Este y la Sierra de
Lóquiz al Oeste, es un último horizonte abierto antes de penetrar en las
frondosidades de las Améscoas.
De Norte a Sur se deja acariciar por el suave serpenteo del río Urederra,
un recién nacido, que en múltiples parajes de su recorrido hace honor a su
poético nombre, presto a morir en abrazo íntimo con su hermano mayor el Ega, en
las proximidades de Estella.
Como decíamos, el Valle de Allín lo componen diez concejos: Amillano,
Aramendía, Arbeiza, Artavia, Echávarri, Eulz, Galdeano, Larrión, Muneta y
Zubielqui. Por tanto, vamos a saturar al personal mostrando fotos; pero lo
convenido es lo convenido y así es “Navarra de la A a la Z”.
Finalmente, casi exhaustos y atiborrados de paisaje, hemos hecho hambre.
¿Qué cosa, verdad? Al pasar frente a La Tasca, en la ciudad del Ega, olimos a
brasas y, cual perro sabueso, el rastro nos llevó hasta una mesa donde nos
dieron de comer excelentes viandas; eso sí, menú del día que las Navidades han
sido muy largas.
Pero hoy no acaba aquí la cosa, pues hemos dejado para la tarde el mejor
pueblo del mundo, de éste y del otro. Y es que siguiendo el orden establecido
nos tocaba visitar Allo y sin seguirlo también por ser vecinos del mismo. Qué
decir de Allo siendo parte afectada, por ello, y porque algunos de los que lean
esto pensarán que nos quedamos cortos, vamos a dejar los tópicos descriptivos
grandilocuentes sobre tal o cual edificio singular de los que está dotada la
villa y puestos a elegir un icono representativo, ahí está la Piedra Culeca. Es
la grandeza de la sencillez y la memoria de la niñez, coscorrones incluidos.
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