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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Berbinzana - Beriáin

Andanza XXIX: Berbinzana - Beriáin

Día: 26/10/2014


Quién lo diría, a 26 de octubre y todavía con temperaturas más que agradables. Nosostros los moteros, aquí mismo encendemos una vela a san Glas, nuestro santo patrón, en agradecimiento a este estío tan prolongado, gracias al cual, lo que nos estamos ahorrando en gasoil de calefacción lo estamos gastando en gasolina para la moto.


Y aprovechando la coyuntura de haber traído a colación a san Glas, no está de más hacer una pequeña introducción histórica sobre su figura. Fue éste un santo varón y mártir, misionero en tierra extraña, empeñado en predicar entre paganos la santa religión que profesamos todos aquellos que mantenemos un impulso vital que nos arrastra a apasionarnos por un artilugio mecánico con dos ruedas y un motor. Su vida fue un compendio de virtudes, exponente perpetuo del antiguo debate entre la fe y la sinrazón; por ello, terminó su existencia entre terribles suplicios infringidos por los seguidores de esa secta maligna de los adoradores de las cuatro ruedas. A su muerte fue subido al cielo a horcajadas en la chepa del arcángel Nieto. Rogamos una oración por su alma. Amén.



Como es domingo no está mal una pequeña introducción devota, pero nosotros a lo nuestro. La intolerancia del plan de ruta marcado nos lleva hoy a dos localidades no demasiado distantes: Berbinzana, en la Navarra Media, y Beriáin, en la Cuenca de Pamplona.



Es Berbinzana un pueblo de poco más de 700 habitantes típico de la Ribera Alta, situado a 15 kilómetros de Tafalla y 42 de Pamplona. Se halla situado en una extensa vega regada por el río Arga y en todo su término municipal no existe ninguna elevación de importancia. Berbinzana es un lugar en el que no hay grandes monumentos dignos de destacar, si exceptuamos su iglesia y puente medieval, muy alterado. Es esta una población de la que emana sosiego, calma y hasta un cierto letargo; rodeada de huertas y campos de cereal, duerme un sueño apacible que hoy nosotros hemos venido a perturbar con el ronco sonido de los escapes. Pero no hay miedo, al instante de abandonar sus calles la villa ha vuelto al reposo, a la serenidad, al tañido de las campanas que llaman a misa, a los viejos al sol. ¡Qué placidez!


Cumplido nuestro primer objetivo, raudos y veloces, tomamos rumbo norte dirección a Beriáin buscando en lo posible rutas alternativas a la carretera N-121, monótona y con mucho tráfico, accediendo desde Subiza al Beriáin antiguo, que aún conserva cierta tranquilidad y sabor rural, al contrario que su hermano el Beriáin moderno, víctima del ansia expansiva de Pamplona y ubicado en lo que fue una antigua mina de donde se extraía potasa, cuyo descubrimiento dio lugar en la década de los 50 a la creación de la famosa empresa explotadora de este mineral, lo que trajo consigo un destacado aumento de la población y el desarrollo de pequeñas empresas, dando lugar con ello al nacimiento de los polígonos industriales actuales. Esta expansión provocó que en el año 1992 Beriáin optase por fundar ayuntamiento propio. desmembrándose de la Cendea de Galar, que había sido su circunscripción administrativa desde la Edad media.

Pues nada, hoy hemos acabado pronto, así que nos vamos a tomar el vermouth cerca de casa, con tranquilidad y calma, que por ciertas circunstancias que no vamos a detallar nos hace falta, pues no hay mayor verdad que aquello de "noches alegres, mañanas tristes". La culpa la tiene el Pigor y alguna que otra instigadora, y no digo más.


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